Estoy escribiendo casi a la media noche del 5 de enero del 2013,
esto según el calendario gregoriano, mientras espero la hora en que comience un
programa de tv que quiero ver. El día de hoy fue especial, termino el periodo
de vacaciones que mis hijas pasan conmigo y después de 15 días en que disfrute
de su compañía, nuevamente me encuentro solo en casa.
Con el 2012 se fueron muchas cosas de mi vida y se abren
oportunidades para unas nuevas. El tiempo de meditar en lo que se dejo de hacer
y lo que se viene por delante es ahora. Sé muy bien, como hijo de Dios que me
considero, que cualquier cosa que venga será solamente por Su voluntad. Si algo
he experimentado en estos últimos días es el mejor conocimiento de quien es
nuestro Dios y le certeza de que esto no ocurre por casualidad, sino que el
Señor quiere algo más de mi y tiene algo mas para mí y para quienes me rodean.
Generalmente al principio de año, gregoriano, uno solía
tener propósitos para el nuevo año, yo solo tengo uno o más bien varios que
enfocan un solo objetivo, rehacer mi vida.
No buscare bajar de peso pero haré más deporte y comeré más
sano. Limpiare de mi vida todo aquello que estorba a mi vida espiritual, una
buena vida espiritual con lleva a una mejor forma de vida en general. Amare más
a mis seres queridos y buscare convivir más con ellos. Me esforzare más en el
trabajo y mandato que el Señor a puesto en nuestras manos. Orare y escudriñare más
la Palabra de Dios. Seré un mejor padre, un mejor hijo, una mejor persona. Luchare
con toda mi fuerza para romper la monotonía que atrapo mi vida y seguiré
adelante en lo que viene.
Todo esto es mi objetivo y todo esto es puesto en las manos
de mi eterno padre Yahuah, solo Él tiene la última palabra y solo es mi deseo
conocerle mejor y hacer Su voluntad. En realidad que mi propósito sea el propósito
que Yah tenga para mi vida, así sea hecho.
Que venga lo que tiene que venir, yo voy en el Nombre de
Yahuah y en Él todo lo puedo pues es mi fortaleza.